3 dic 2005

'Por Perón y por la Patria'. Un análisis del discurso peronista y deporte (1946-1955)

Los discursos de Juan Domingo Perón cuando ejerció la presidencia de la Argentina entre 1946 y 1955, nos permite analizar cuál fue el lugar que ocupó el deporte en la "Nueva Argentina" peronista: un país donde los deportistas debían aportar su cuota de trabajo y sacrificio por la Nación y la Patria, ofrendando la vida si era necesario, y sus marcas eran comparadas con los récords de producción que lograban los obreros en las fábricas argentinas. Por otra parte, también nos permite ubicar a la palabra de Perón en un lugar que excedía el marco institucional del cargo que ocupaba como presidente de la Nación, pues encarnaba a varios colectivos que no tenían voz.

Presentado en las Primeras Jornadas de Investigadores dedicados a los Estudios Sociales y Culturales del Deporte, organizadas por el Area Interdisciplinaria de Estudios del Deporte, SEUBE - Facultad de Filosofía y Letras (UBA), abril de 2001.

El gobierno justicialista en sus dos primeros mandatos constitucionales, ubicó al deporte en un lugar predominante de su gestión a partir de varios aspectos: incorporó a la actividad a miles de jóvenes; fomentó la creación y desarrollo de instituciones deportivas; organizó competiciones nacionales e internacionales, como los Torneos Juveniles Evita y los Iº Juegos Panamericanos e impulsó y subsidió la participación de deportistas argentinos en el exterior. Esta política era ejecutada desde organismos estatales y entidades controladas por el oficialismo, como la Fundación Eva Perón y la Confederación Argentina de Deportes, entre otras.

"Mientras yo esté en el gobierno he de auspiciar cualquiera de nuestras representaciones, porque sé bien del beneficio inmenso que ellas reportan al país cuando son desempeñadas como corresponde"(1), decía el ex presidente cuando despidió a la delegación que participó de los Juegos Olímpicos de Londres en 1948. Conocedor de la importancia de los triunfos deportivos para fortalecer la política interna y sostener el imaginario de una Argentina que aspiraba a un liderazgo continental, financió la llegada a Europa de los automovilistas Juan Manuel Fangio y José Froilán González y fomentó la competición internacional de los representantes nacionales en los eventos más importantes. Los resultados eran interpretados desde una perspectiva global y traducidos como un indicador más de la situación económica y social del país: "La Argentina se dirige con paso firme hacia la plenitud de su destino. En el campo de la política nacional e internacional, en el terreno científico, en el desempeño industrial ocupamos un lugar cada vez más destacado en el concierto mundial. Es lógico que esa favorable situación haya tenido un brillante reflejo en el triunfo deportivo de que hoy nos congratulamos"(2). El triunfo deportivo era un patrimonio nacional y Perón no perdía ocasión de recibir en la Casa Rosada a los deportistas más destacados. Cuando Fangio pasó por el país en medio de una exitosa campaña en Europa cumplió con el rito obligado para todo argentino exitoso en el extranjero. En esa ocasión, el primer mandatario destacó el desempeño del piloto balcarceño y de la delegación argentina, que competía gracias a los fondos que destinaba su gobierno, cuando dijo que ellos eran "portadores de los honores que conquistaron para nuestra bandera" ya que con sus perfomance dejaron el nombre de la Argentina "honrado y enaltecido".(3)

Así, el deporte sirve para ser mirado como factor de diferenciación ante los demás, desde donde se producen imaginarios, símbolos y héroes. En este sentido, Eduardo Archetti sostiene: "El deporte pasa a ser así un espejo en donde verse y ser visto al mismo tiempo. Estar entre los primeros importará pero, paralelamente, aparecer como el representante de 'algo diferente' será un importante factor de desigualdad. La globalización temprana del deporte no debe verse como un proceso necesario de homogeneización, sino como un espacio en donde producir imaginarios, símbolos y héroes que establezcan discontinuidades. Las reglas universales y las prácticas son uniformes pero los resultados impulsan no solo las diferencias sino a pensarlas como tales". Para Archetti, Fangio no sólo competía en su carácter de deportista sino que fue "el símbolo de una nación... La Argentina había encontrado un héroe que no solo expresaba ideales de movilidad social, igualdad de oportunidades e integración social, sino que era, además, capaz de vencer a los mejores pilotos europeos en las carreras de pista". (Archetti 2001: 88, 89).

Nosotros, la Patria
¿Cuál era la posición desde la cual hablaba Juan Domingo Perón? ¿En nombre de quiénes lo hacía? La respuesta tiene dos aspectos: por un lado, su figura excedía el rol institucional que tenía como titular del Poder Ejecutivo Nacional y, al mismo tiempo, era la voz de varios colectivos. Como explican Eliseo Verón y Silvia Sigal, "Perón se sitúa en el mismo plano que los colectivos singulares" como los soldados/Ejército; trabajadores/Pueblo; argentinos/Patria. "Como éstos, posee un colectivo plural que le corresponde: los peronistas. La diferencia (fundamental) entre Perón y los otros colectivos es, por supuesto, que estos últimos son mudos: Perón es el único colectivo singular que habla, y por eso mismo es capaz de 'expresar' los otros colectivos. Afirmar que en la palabra de Perón se expresa la verdad misma de lo real, es lo mismo que decir que por su boca habla la Patria y se expresa el Pueblo. Es por esta razón que un anti-peronista es, automáticamente, un anti-argentino y un anti-pueblo." (Sigal y Verón 1986: 74).

La Argentina participaba del proceso mundial posterior a la Segunda Guerra consolidando un mercado interno y forjando una identidad nacional que le diera una presencia en el concierto internacional de las naciones desarrolladas. Como parte de ese período, fronteras adentro, el discurso peronista se articulaba a partir de un colectivo, un "nosotros" con una identidad "nacional y popular". El nuevo bloque hegemónico peronista tenía que diferenciarse del sistema anterior que habían dominado la "oligarquía" y el "capital transnacional". Guillermo O'Donnell considera que por esos años "el Estado apareció como un Estado nacional y popular. Esto se relacionó con que los discursos políticos, desde el gobierno y/o desde importantes partidos y movimientos, se dirigieran a quienes hasta entonces habían sido vistos, desde el Estado y las clases dominantes, como masas silentes sujetas a ocasionales explosiones. Ahora se los interpelaba y se reconocían como pueblo que, además de experimentar mejoras en su situación material, era invitado a la celebración de lo nacional en las decisiones y ceremonias que simbolizaban la derrota de adversario: la oligarquía y el capital transnacional" (O`Donnell 1982: 25).

En ese marco, el Estado aparecía como un "tercero externo a las relaciones sociales fundamentales... a pesar que es constitutivamente parte de dichas relaciones... Esa apariencia de externalidad sustenta la posibilidad del Estado de constituirse en organizador de la sociedad capitalista o, lo que es equivalente, en organizador de la dominación de la burguesía. Es sobre esta base que el aparato estatal se proclama -y suele ser habitualmente creído- custodio agente del interés general." (O`Donnell 1982: 17).

Como secretario de Trabajo y luego como presidente de la Nación, Juan Domingo Perón buscó permanentemente vínculos con la clase obrera: como impulsor de la actividad sindical aliada a las políticas del Estado y otorgando participación política al nuevo sujeto que emergía en la vida argentina, con las migraciones internas y el desarrollo de la burguesía nacional. El consenso político de la época tenía sustento en la coincidencia entre necesidades y políticas de Estado, como el fomento y la práctica deportiva de vastos sectores de la población.

El peronismo motorizaba la dinámica de una sociedad en constante transformación mediante políticas activas en diversos ámbitos: derechos políticos y sociales, educación y trabajo, entre otras. Los objetivos se enlazaban con una proclamada "doctrina justicialista" que ponía énfasis en dos conceptos claves: la Patria y la Nación. La primera fue vinculada con la familia, los símbolos y el Estado. La segunda con la defensa de un interés general indiferenciado que conformara una identidad "nacional y popular", un "nosotros" que diferenciaba a los argentinos frente a otras nacionalidades, pero además ante el adversario interno, la oligarquía.

Deporte, moral y política
El deporte fue uno de los lugares desde donde Juan Domingo Perón construyó su movimiento político, social y económico que nació el 17 de octubre de 1945. En consonancia, su discurso fue producido en las más diversas situaciones: desde la inauguración de obras, competiciones y programas, hasta el agasajo a deportistas que adherían a su política de gobierno.

En 1948, el justicialismo impulsó la creación de una red de clubes escolares de la mano del ministro Oscar Ivanissevich(4). En ocasión de la inauguración del primer club-escuela en el barrio porteño de Villa Lugano, Perón hizo uso de la palabra y señaló que "la lucha entre hermanos" desaparecía "prodigando el bien sin mirar a quién" con "un solo objetivo: hacer de este país una gran familia sin divisiones". Uno de los ámbitos para lograrlo, decía, era el club-escuela: "la continuación social de la familia que une a la escuela a la institución celular y básica del Estado" que "tiene una construcción simple, pero basada en el amor" (ídem 1).

Tres años más tarde, en 1951, el presidente Perón recibió en la Casa de Gobierno a los corredores de Turismo Carretera Oscar y Juan Gálvez, que habían competido en el Gran Premio de la República. Allí expresó que el esfuerzo que hicieron era por "una causa noble, como es la causa de la Patria, para lo cual todos soñamos con un mismo destino: esa Argentina que queremos especialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana... Siempre he pensado en un pueblo de deportistas, porque cuando se tiene un pueblo de hombres deportistas, se tiene un pueblo de hombres nobles y hombres buenos y de hombres de profundo sentido moral de la vida, y esos son los únicos valores que hacen nobles a los hombres y grandes a los pueblos."(5)

La conciencia nacional y la entrega total por la patria era una de las premisas en el discurso peronista. Para Perón la práctica del deporte otorgaba "un alma pura, un espíritu invencible, que es lo más puro que el espíritu de un hombre puede ofrendar a la Patria"( 6). Y si es necesario, por ella "debemos luchar, vencer y si es preciso morir", sentenció el entonces presidente cuando recibió a los pilotos que habían participado del Gran Premio Buenos Aires-Caracas, con vuelta desde Lima. A ellos los puso como ejemplo de entrega y sacrificio: "La prueba esta jalonada por todos los que han muerto durante su desarrollo, y eso es lo que los pueblos necesitan; superar eso, que es la suprema prueba de la vida: la muerte. Y cuando los hombres emprenden una acción decididos aun a morir, están conformando el espíritu en que se nutren las naciones y los pueblos y sin el cual estos no pasan de ser una colmena oscura de hombres que luchan por subsistir pero no por superarse"(7).

Es importante destacar que aunque en el caso del automovilismo el éxito deportivo pertenece a cada piloto, para Perón era "un triunfo de la Argentina. Esto es lo que merece destacarse. En todas las actividades, como en la vida misma, los hombres pasan y la Nación permanece. Ella es lo que importa y a ella deben ir dedicados nuestros afanes y nuestros desvelos" (ídem 2). Así como las victorias pertenecen al colectivo de "los argentinos", Perón consideraba que, como en los deportes por equipos, el triunfo es de todos y ese era el espíritu que debía tener la tarea de construcción de la "Nueva Argentina". Decía que, por herencia, los argentinos "somos excesivamente individualistas" y que las constituciones y las leyes de los pueblos latinos "olvidaron, en gran parte, el poder del conjunto, para dedicar su mayor atención al poder de los individuos... Yo estoy luchando por cambiar en nuestro país ese espíritu individualista, porque creo que es un complejo de inferioridad. Una de las verdades más grandes del hombre moderno es renunciar a su yo, para compartir ese yo con los demás, y esa escuela es la que nos llevará al triunfo... (reemplazando al individualismo) por la idea colectivista, que lleva a todos a trabajar por todos, y no a cada uno a trabajar para si mismo." (ídem 7)

Es singular que con el justicialismo en el poder las victorias más resonantes del deporte argentino fueron en disciplinas de carácter individual: los títulos de Juan Manuel Fangio en la Fórmula Uno; la medalla de oro de Delfo Cabrera en los Juegos Olímpicos de Londres y la corona mundial de boxeo que conquistó Pascual Pérez son algunos ejemplos. Al mismo tiempo solamente deportes colectivos como el polo y el básquetbol conquistaban en Buenos Aires sendos títulos mundiales en 1949 y 1951, respectivamente.

Producir un record
La actividad productiva y el deporte eran para Perón dos elementos indispensables para alcanzar la proclamada "Nueva Argentina" y que relacionaba mediante la significación que tenían los índices de productividad industrial y las marcas que lograban los deportistas. También las inauguraciones de obras públicas que formaban parte de la infraestructura recreativa y deportiva eran un buen motivo para que el Presidente insistiera sobre el tema. El 14 de julio de 1949 fue inaugurada la Ciudad Infantil "Amanda Allen" en el barrio porteño de Belgrano. Al lugar, una pequeña ciudad de cuatro manzanas, concurrían los niños que participaban de los Campeonatos Evita, organizados por la Fundación Eva Perón. El primer mandatario "elogió a los obreros que levantaron la Ciudad Infantil en tiempo record: 5 meses y 20 días. Dos de ellos, Domingo Henríquez y Santiago Bota (los que más horas de trabajo contabilizaron), izaron la bandera, y un tercero, Alfredo Cortina, entregó simbólicamente la obra a su dueña: la Fundación, que a su vez, la puso en manos del flamante Instituto de Orientación Educativa para la Niñez. 'Hemos cumplido -dijo Cortina-, con la frase de nuestro líder: Producir, producir y producir'". (Primera Plana 1966, 196: 37)

El desempeño de trabajadores y deportistas fue comparado por Perón en 1951, cuando entregó a dos obreros sendas medallas por batir record de trabajo y producción, que "como prueba, tiene el mismo alcance que una prueba deportiva cualquiera, pero como significado para el trabajo de la República, es de un alcance inestimable... Si cada uno de los argentinos, en nuestro trabajo somos capaces de marcar un récord de honradez, de contracción y de buena voluntad, nuestra patria marcará a su vez un récord entre todas las patrias del mundo." (8)

Marcelo Massarino
Buenos Aires, Febrero de 2002.

Publicado en: http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 8 - N° 46 - Marzo de 2002
http://www.efdeportes.com/efd46/peron.htm

Notas
1. PERON, Juan D. "Discurso del general Perón en la inauguración del club-escuela de Villa Lugano", 16 de junio 1948.
2. PERON, Juan D. "Mensaje del presidente de la República con motivo de la disputa de la prueba automovilística Gran Premio de la América del Sud", 9 de noviembre 1948.
3. PERON, Juan D. "Palabras pronunciadas por el presidente de la Nación, general Perón, durante la visita de Juan M. Fangio", 6 de octubre 1950.
4. La experiencia de los clubes escolares fracasó porque no pudieron competir con los clubes instalados y fueron suprimidos en 1950 por el ministro Armando Méndez de San Martín, según explica Mariano Plotkin en "Mañana es San Perón".
5. PERON, Juan D. "Discurso del general Perón al recibir a los hermanos Gálvez en el Salón Blanco", 2 de agosto1951.
6. PERON, Juan D. "Discurso pronunciado por el Presidente de la Nación en el acto de la Asociación de ex-Olímpicos Argentinos", 5 de julio 1949.
7. PERON, Juan D. "Discurso del Presidente de la Nación ante los corredores que participaron del Gran Premio América del Sud", 13 de noviembre 1948.
8. PERON, Juan D. "Discurso del general Perón en el acto de entrega de premios a dos obreros que batieron el record de trabajo y producción", 26 de abril 1951.

Bibliografía
ARCHETTI, Eduardo P. (1995) "Estilos y virtudes masculinas en El Gráfico: La creación del imaginario del fútbol argentino", Desarrollo Económico, vol. 35, núm. 139: 419-42.
ARCHETTI, Eduardo P. (2001) El potrero, la pista y el ring. Las patrias del deporte argentino, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.
DI GIANO, Roberto (1999) "Peronismo y fútbol. El triunfo sobre Inglaterra en 1953", Revista digital Lecturas: Educación física y deportes, www.efdeportes.com, año 4 nro. 17, Buenos Aires.
HOROWICZ, Alejandro (1985) Los cuatro peronismos, Buenos Aires, Legasa.
O'DONNELL, Guillermo (1982) 1966-1973. El Estado burocrático autoritario. Triunfos, derrotas y crisis, Buenos Aires, Editorial de Belgrano.
PERON, Juan D. Discursos. Presidencia de la Nación, Subsecretaría de Informaciones, Dirección General de Prensa. Comisión Bicameral de Homenaje Bibliográfico al Tte. Gral. Juan D. Perón.
PLOTKIN, Mariano (1998) Mañana es San Perón, Buenos Aires, Ariel/Historia Argentina.
REIN, Raanan, (1998) Peronismo, populismo y política argentina: 1943-1955, Buenos Aires, Editorial de Belgrano.
RODRIGUEZ, María Graciela, (1997) "El deporte como política de Estado (Período 1945-1955)", Revista digital Lecturas: Educación física y deportes, www.efdeportes.com año 2 nro. 4, Buenos Aires.
SIGAL, Silvia y VERON, Eliseo (1986) Perón o muerte. Los fundamentos discursivos del fenómeno peronista, Buenos Aires, Legasa.

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